martes, 12 de octubre de 2010

Los 15 pasos para comprar divisas extranjeras en Venezuela

Quien viaja al exterior o pretende adquirir productos importados a través de Internet tiene que someterse a un viacrucis para tener acceso a dólares o euros.
El dólar en Venezuela tiene cuatro precios: tres en el mercado oficial y uno en el ilegal, porque hay una ley que penaliza a los que vendan y compren la moneda fuera del régimen de control de cambio pero esto no ha impedido su comercio paralelo.
Aquí contamos con la divisa subsidiada, de 2,60 bolívares, para que los importadores e industriales puedan hacer compras en el exterior de productos esenciales; la viajera, de 4,30, para el uso de tarjetas de crédito en el exterior y adquisiciones por Internet; el que subasta el Banco Central de Venezuela, a un promedio de 5,30, para los comercializadores de productos no esenciales; y el del mercado negro, que pese a los controles del Gobierno ni baja de 8,0 bolívares ni desaparece.
Es por esto que la clase media que aspira a viajar fuera de las fronteras tiene que abdicar ante un agotador procedimiento que impone Cadivi (el ente regulador del control de cambio en Venezuela) desde el año 2003. Vea aquí los pasos que hay que seguir:
1. El requisito indispensable es tener tarjeta de crédito. Nadie que no se haya adherido al imperialismo hegemónico de Mástercard, Visa o American Express, podrá comprar divisas legalmente en Venezuela.
2. Y no crea que el límite de su tarjeta es el límite de sus sueños. Así tenga una tipo Platinum o Black, el cupo en dólares es el mismo para todos y dependerá del destino y duración del viaje: varía desde los 300 dólares que le venden por ir 3 días a Colombia, hasta los 3.000 dólares que le otorgan para un itinerario de más de 8 días en cualquier país de Europa, África, Asia u Oceanía.
3. Y este cupo es por persona adulta con tarjeta de crédito. Por cada hijo menor de 18 años aprueban que compre en efectivo hasta 500 dólares, dependiendo del destino.
4. También hay derecho a solicitar la adquisición de hasta 500 dólares en efectivo por cada viaje, a menos que se traslade a Colombia, Panamá o a las Islas del Caribe, para donde sólo le aprobarán 300 dólares.
5. Para compras por Internet sólo se disponen de 400 dólares anuales, para lo cual también hay que hacer un engorroso trámite.
6. Cualquiera de estas gestiones requiere hacer una meticulosa solicitud a través de la web de Cadivi. En el caso de viajes, se exige tener el pasaporte y la previa compra del boleto aéreo, porque piden los datos del tícket, fechas y horas del vuelo.
7. Pero el procedimiento no para aquí. Una vez hecha la gestión por la web hay que armar unas carpetas, “marrones con gancho”, con todos los requisitos y con una serie de exigencias que obligan al solicitante a “viajar” pero a las clases de recorta y pega de la escuela preescolar.
8. Entre 5 y 30 días antes, ni más ni menos, deben llevarse las carpetas al banco emisor de la tarjeta de crédito que se va a usar con la angustia de que los lapsos no sean suficientes. Más de uno ya ha viajado sin poder llevarse los dólares en efectivo. Y ni piense en inventar un viaje al exterior de un día para el otro porque tendría que irse sin los dólares oficiales.
9. Si corre con suerte de que le autoricen el uso del cupo de la tarjeta de crédito, que pueda usarla sin problemas en el exterior y de que le otorguen los billetes en efectivo, tenga en cuenta que este “beneficio” sólo podrá ser aprovechado en los días exactos del viaje. Si acaso usted pierde el vuelo de regreso o decide quedarse unos días más, no podrá usar la tarjeta de crédito porque el banco se la bloquerá.
10. Para terminar la travesía, y en un lapso de 45 días después de regresar del viaje, debe efectuarse, vía online, una declaración jurada de la cantidad de dólares que se gastaron.
11. Para ello deberá guardar todas las facturas y recibos de su consumo, porque, además, Cadivi podría desautorizar el uso de su tarjeta de crédito y llamarle para solicitarle los soportes en caso de que sospecharan que usted vendió las divisas.
12. Todo esto es para viajar. Hay trámites más engorrosos para solicitar envío de remesas, pagos de estudios en el exterior, comprar al mayor y pare de contar.
13. Como si esto no fuera suficiente para hacerle sentirse como un delincuente por el simple consumo de su dinero, muchos venezolanos tienen que verse obligados a comprar dólares en el mercado negro, donde la moneda duplica su valor y dispara la inflación.
14. Para esquivar la penalización, existe una nueva terminología que en este ámbito informal se le ha dado al dólar: “lechugas verdes”. “Compro lechugas” es la consigna para bregar por unos dólares negros. Los autores de una página web y de una cuenta en Twitter habían sido arrestados este año por promover este mercado, pero ya hay un sitio en Internet que ofrece desde Colombia el precio referencial de la “lechuga verde”.
15. Una vez conocido el valor en este mercado, se apela al voceo. Los dólares pueden llegar a sus manos en efectivo o a través de una transferencia a una cuenta bancaria en el exterior.
Es por esto que los venezolanos somos considerados, cada vez más, unos bichos raros en el exterior.

NOTA: Por invitación del periodista brasileño David Coimbra, del diario Zero Hora, escribí este post para su blog, como otros anteriores. Si le interesa, aquí está la publicación en portugués.

2 comentarios:

  1. Mi incredulidad se disputa con mi indignación el lugar mas preponderante de mi mente. Es deleznable que ustedes se vean sujetos a tan absurdos trámites. Solamente eso es suficiente para quitarles la dignidad que les queda luego del mal llamado "Socialismo Bolivariano".
    Un abrazo solidario desde Bogotá

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  2. Tengo un curso en línea con la Universidad de Guadalajara al que no sé si podré ir a la semana presencial porque entre los trámites de Cadivi y las "lechugas" a 8, no sé qué se quebrará primero si mi paciencia o el cochinito.

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